Ayer me peleé con una vieja en el tren.
Fue una de las discusiones más divertidas que haya tenido en mi vida, y no podía parar de reirme.
Aclaración, "la vieja" tendría unos 50 años. Pasa que cuando uno es choto a esa edad, no es señor/señora, sino viejo/vieja.
Suben en Morón esta vieja, otra mina y dos nenes de 10 u 11 años, aproximadamente. En Ituzaingó se desocupan cuatro asientos. Las minas se sientan juntas, y los nenes (dos filas más adelante) se sientan juntos. En eso uno de los nenes saca un fibrón, y empieza a escribir en tren.
Un viejo que estaba en la fila de atrás de los chicos (es decir, estaba entre los chicos y las madres) pone cara de indigado y abre la boca como para decir algo. Pero la cierra y mira para la ventana. Luego, vuelve a mirar a los chicos indignado, abre la boca, la cierra, la abre... la cierra, los mira. Yo pensaba "dale, viejo, dale, deciles algo y yo te defiendo! dale, viejo!". Hasta que por fin, el viejo les dice "¿por qué están escribiendo eso? ¡qué maleducados! ¿no se dan cuenta?". Pero lo dijo medio despacio. Así que me acerqué y les dije a los chicos "¿ustedes escribieron eso? ¿por qué?" me miraron con cara de terror, entonces les dije "está muy mal ensuciar así algo que es de todos, y esto se los digo porque tienen que aprender de chicos a respetar las cosas que son de todos". Las madres saltan "¿qué? ¿qué están haciendo?" y el viejo les explica. Las minas ponen cara de "aaay, estos chicos son terribles" y siguien hablando como si nada.
El viejo las increpa: "¿cómo ellos no van a hacer ese tipo de cosas si ustedes no les dan ni bola?"
Le digo "nooo, claaaaro, si son cosas de chiiiicos!"
Ahí empezó la vieja:
-¿Qué querés decir?-
-Quiero decir que los chicos escriben las paredes del tren porque vos no les enseñás que eso está mal-
-Bueno, pero no es culpa de ellos, son chicos!-
-Yo no digo que sea culpa de ellos, digo que es culpa tuya-
-Bueno, neniiita, callate-
-Oh... oh, señora, ¡qué intimidante es usted! ¡me callo! ¡me callo ahora mismo!- ( digo mientras me tapo la cara y le pongo cara de miedo. El viejo se ríe)
-Cuando tengas hijos te vas a dar cuenta que no es tan fácil, y ojalá que tengas hijos tan buenos como ellos, que son DEPORTISTAS, no como vos, que según veo sos una drogadicta- (mientras me mira de arriba a abajo)
-¡¡¡SEEEE!!! ¡¡¡SOY DROGADIIIICTA!!! (le muestro mis brazos) ¡¡HEROÍNA, ME INYECTO HEROÍNA!!
-Bueno, pero ellos encontraron el fibrón y se pusieron a boludear, no los estabamos mirando- (dice la otra)
-¿cómo no vas a estar mirando a tus hijos?-
-Calláte-
-Ay, bueno, me callo, yo voy a hacer lo que usted quiera, disculpe-
-¡Ay, calláte!-
-Sí, me callo ahora mismo-
-¡¡Pero calláte!!-
-¿Sabe alguna otra palabra? Le presto un diccionario si quiere-
-¡¡Ay, pendeja, callate!!-
-Aaaaah, ahí la dijo otra vez!!! JAJAJAJAJA!!! (mientras la señalo)
-TARADA!-
-Aaaaah, o sea que otra palabra se sabía!-
-¡¡CALLATE!!-
-¡¡OTRA VEZ!! JAJAJAJAJAJA!!! (la vuelvo a señalar)
-¿Cuál es tu problema?-
(Le señalo el escrito en la pared del tren) - ESE es mi problema-
-¿Y qué te molesta a vos?-
-Me molesta que gente como usted rompa, ensucie y escriba el tren en el que viajo todos los días-
-¿Y qué querés que te diga yo?-
-Quiero que digas que sos una mala madre-
(la mina se horroriza) - ¿¿¿¿¿COOOOOMO TE VOY A DECIR ESOOOOO????? ¿¿¿¿POR QUÉ TE TENGO QUE DECIR ESO????
-Yo no dije que TIENE que decirlo, usted me preguntó qué es lo que yo quería. A veces quiero helado, a veces quiero dormir una siesta. Ahora, en este momento yo quiero que usted diga eso-
-Si no estuviera en el tren, ¿sabés lo que haría?-
-¿qué?-
-¿¿sabés lo que haria??-
- No, ¿qué?-
-¡¡Te agarraría de las mechas y te rompería la cara!!-
-¡Guaaaaaaau, qué elocuencia, señora!-
-Maleducada de mierda!-
-No, usted observe. Mis hijos no están enfrente mío, y yo no la estoy amenazando. Sus hijos sí están enfrente suyo, y usted sí me está amenazando-
(me hace un gesto de "¡andá!" con la mano)
-Lo mismo le digo, señora (le hago el mismo gesto)
Unos segundos de silencio
-Loca de mierda-
-¡¡Ya está, la discusión terminó, mujer!! ¿es que acaso no sabés terminar una discusión? CALLATE-
-¿¿Y QUIEN SOS VOS PARA DECIRME QUE ME CALLE??-
-La misma que es usted para decirme a mí que me calle-
-Mirá, pendeja de mierda, tenés que lavarte la boca antes de hablar con personas más grandes que vos!-
-O sea, con viejas-
(la cara de la mina se transforma) -¡¡VOS TENÉS QUE VOLVER A NACER!!-
-¿Sí? ¿Cómo se hace?-
-¿¿SABES LO QUE TENÉS QUE HACER??-
-A ver, ¿qué?-
-¡Tenés que ir y decirle a la PUTA y REPUTÍSIMA madre que te parió, a esa PUTA de mierda que te vuelva a educar!-
-Ok, yo le digo "mami, doña Pepita de Moreno me dijo que sos una puta y que me vuelvas a educar"-
-¡¡Sí, decile!!-
-Sí, le voy a decir. Lo voy a filmar y lo voy a subir a youtube así usted lo ve y se queda tranquila.-
-Seee.... seeee...-
-Listo- (y me doy vuelta)
-¿¿Sabés que sos??-
-A ver... ¿ahora qué?-
-¿¿¿Sabés que sos???-
-¿Qué, a ver, qué soy?-
-SOS UNA....!!!- (Pensando una súper palabra que me deje seca)-
-¿Sí?-
-SOS UNAAAA..!!!- (Sigue pensando)
-¿Ajá...? La escucho, ¿qué soy?-
-Sos una... MALPARIDA!!!!-
-(Fingiendo horror) OOOOOHHH!!!-
-ESO SOS, SOS UNA MALPARIDA!!!-
-¿Sabe qué? Tiene razón, soy una malparida, porque nací por cesárea. Soy tan malparida, que ni pude ser parida-
-(indignada) JAAAA!! JAAA!! QUE GRACIOSA!!-
-Gracias, señora, gracias-
-Si no estuvieramos en el tren, ya te hubiera bajado todos los dientes-
-¿Ve? ¿ve como es? Usted me quiere amedrentar amenazándome físicamente porque sabe que con la palabra no me puede intimidar, porque sólo conoce dos palabras "callate" y "mal parida" y fíjese que en todo este tiempo yo jamás la insulté, en cambio usted a mí sí, y eso le demusestra que usted no tiene vocabulario.-
-Sí, claro, por eso los tratás de drogones a los chicos- (acota la otra)
-¿¿Y yo CUANDO les dije drogones a los chicos??-
-Al principio, vos les dijistes drogones!!-
-Yo jamás les dije esa palabra, para empezar porque "drogón" ni siquiera es una palabra.
-¡¡Sí, vos les dijistes eso, después te olvidastes!!-
-Sí, es que de las cosas que jamás dije me suelo olvidar. Como que me gustaría pasar las vacaciones en la luna... que me gusta comer queso agrio...-
-¿Tanto te molesta que hayan escrito?-
-Sí, tanto me molesta-
-Bueno, escribieron.... ¿y qué? ¡Borralo vos!-
-Oh, entiendo como funciona su lógica: "vos mataste a mi marido!" "¿y qué? ¡Andá a la cárcel vos!" "¡¡Esos hombres le robaron a esa muchacha!!" "¿y qué? ¡Devolvele la plata vos!"
-Bueno, si te molesta que escriban o que ensucien, andate a vivir a otro país!!!!!! ESTO ES AR-GEN-TI-NA (dice de nuevo la primera vieja. El viejo del principio que ya me venía haciendo gestos de "dejala, es una loca" abrió los ojos y me miró indignado como diciéndome "¡¡decile algo!!")
-AaaaaAAaaah, claro! ¿escucharon todos? Los que quieran vivir en una sociedad justa, en las que todos nos respetemos y funcionemos como seres humanos decentes y dignos, se tienen que ir a otro país en lugar de luchar porque las cosas cambien. Porque la mierda de la sociedad no es la gente, es la TIERRA... ¡vámonos todos a Japón!-
(como la conversación se estaba tornando demasiado violenta por parte de la mina, me bajé en Paso del Rey en lugar de bajarme en Moreno. Mientras espero que el tren frene, la vieja sigue).
-Que pendeja de mierda... dejala, dejala que debe ser una drogadicta (se dicen entre ellas)-
-Bueno, gracias señora, hacía mucho que no tenía una pelea tan divertida en el tren-
-Callaaate... seguro que vos callejeás y te pagan por eso-
-Seee... a eso de las 7.30, 8 de la mañana me encuentra en cualquier callejón, señora, sí...-
(entre ellas)- nooo, que va a tener hijos ésta, si es una drogadicta, si es una callejera, es una puta, ¿que va a tener hijos?-
(mientras se abre la puerta le digo)- No, señora, no puedo tener hijos porque vendí mi útero para comprar ¡¡¡¡DROGASSSSSSS!!!!-
Y me bajé a las carcajadas.
Toda mi vida fui con la amabilidad por todos lados, siempre correcta, siempre "por favor, gracias y permiso", por UNA VEZ en la vida estuvo bueno decir realmente lo que quería decir, y me desahogué completamente. Siento que me descargué una mochila pesadísima, y ojalá que no vuelva a pasar.
Sí, tengo algo de miedo de que esté loca de verdad, se acuerde de mi cara y me pegue un palazo cuando esté durmiendo en el tren.
Pero ¿quién me quita lo bailado?
29/9/10
24/9/10
Patmaternidad
Pienso que los seres humanos deberíamos ser estériles por defecto. Deberíamos venir de fábrica sin la posibilidad de tener hijos.
Luego de un extensísimo proceso burocrático, se nos debería conceder la posibilidad de tener la fertilidad, válido por 1 o por 2 veces, depende nuestro pedido.
El proceso burocrático consistiría en, además de papeles, una serie pruebas extremas. Si la prueba se falla, la fertilidad no se le concede y no puede volver a hacer el pedido hasta dentro de cierta cantidad de tiempo, dependiendo de cómo le fue en la prueba: se le da a la persona un muñeco realista con forma de bebé y se lo sube a un colectivo.
Por todos lados hay inspectores mirando todos sus movimientos;
Estas pruebas son realmente importantes. Además de ver casi todos los días a niños malcriados, veo a padres irresponsables que atentan contra la seguridad de sus hijos.
Suben con un bebé en brazos y se quedan esperando que les den el asiento. He sido testigo de una mujer que cayó al suelo con una criatura de dos o tres meses, por una frenada repentina del colectivo. La mujer lloraba y decía "¡¡es culpa de ustedes, porque no me dieron el asiento!!".
NO. ES CULPA TUYA. Es culpa tuya por no creer que la vida de tu hijo vale una confrontación con un desconocido.
También ví a mujeres embarazadas poniéndose junto a toda la gente que está por subir al tren, y luego se queda porque la empujan. ¿No vale la vida de tu hijo esperar unos momentos, subirte después del malón y reclamar el asiento correspondiente?
Me pasó de ver también a padres idiotas que apenas el tren está llegando a la estación, se levantan y hacen equilibrio con su crío en brazos. Una vez, el tren pegó una fuerte frenada para detenerse y unos casi se caen con un bebé recién nacido en brazos. Se miraron y se rieron. ¡¡NO ES GRACIOSO!! ¡LA CABEZA DE TU BEBÉ TIENE LA RESISTENCIA DE UNA PELOTA DE PLAYA! ¡PODRÍA MORIRSE! ¿Es graciosa la posibilidad de ver la masa encefálica de tu hijo chorreada por el tren? No los entiendo...
Seguría contando de qué se tratan las siguientes pruebas, pero tanto pensar en idiotas y en niños hizo que me doliera la cabeza.
Luego de un extensísimo proceso burocrático, se nos debería conceder la posibilidad de tener la fertilidad, válido por 1 o por 2 veces, depende nuestro pedido.
El proceso burocrático consistiría en, además de papeles, una serie pruebas extremas. Si la prueba se falla, la fertilidad no se le concede y no puede volver a hacer el pedido hasta dentro de cierta cantidad de tiempo, dependiendo de cómo le fue en la prueba: se le da a la persona un muñeco realista con forma de bebé y se lo sube a un colectivo.
Por todos lados hay inspectores mirando todos sus movimientos;
- Si la persona se queda parada, no hay hijo por un año.
- Si la persona se queda parada con cara de idiota, no hay hijo por 6 años.
- Si la persona se queda parada con cara de "pobrecita", no hay hijo por 3 vidas.
- Si la persona reclama un asiento aleatorio, no hay hijo por 6 meses.
- Si la persona reclama el asiento reservado, pasa a la segunda prueba.
- Si la persona se levanta inmediatamente, no hay hijo por un año
- Si la persona se levanta apenas el tren se detiene, no hay hijo por tres años.
- Si la persona se levanta luego de que el tren se ha detenido completamente, pasa a la tercera prueba.
- Si la persona le dice "bueno, vamos", no hay hijo por 3 meses.
- Si la persona le dice "CALLATE!!!!!!" no hay hijo por 6 meses.
- Si la persona le compra algo para que coma y se calle, no hay hijo por un año.
- Si la persona le dice con autoridad que se calle, y el niño intimidado le hace caso, pasa a la cuarta prueba.
Estas pruebas son realmente importantes. Además de ver casi todos los días a niños malcriados, veo a padres irresponsables que atentan contra la seguridad de sus hijos.
Suben con un bebé en brazos y se quedan esperando que les den el asiento. He sido testigo de una mujer que cayó al suelo con una criatura de dos o tres meses, por una frenada repentina del colectivo. La mujer lloraba y decía "¡¡es culpa de ustedes, porque no me dieron el asiento!!".
NO. ES CULPA TUYA. Es culpa tuya por no creer que la vida de tu hijo vale una confrontación con un desconocido.
También ví a mujeres embarazadas poniéndose junto a toda la gente que está por subir al tren, y luego se queda porque la empujan. ¿No vale la vida de tu hijo esperar unos momentos, subirte después del malón y reclamar el asiento correspondiente?
Me pasó de ver también a padres idiotas que apenas el tren está llegando a la estación, se levantan y hacen equilibrio con su crío en brazos. Una vez, el tren pegó una fuerte frenada para detenerse y unos casi se caen con un bebé recién nacido en brazos. Se miraron y se rieron. ¡¡NO ES GRACIOSO!! ¡LA CABEZA DE TU BEBÉ TIENE LA RESISTENCIA DE UNA PELOTA DE PLAYA! ¡PODRÍA MORIRSE! ¿Es graciosa la posibilidad de ver la masa encefálica de tu hijo chorreada por el tren? No los entiendo...
Seguría contando de qué se tratan las siguientes pruebas, pero tanto pensar en idiotas y en niños hizo que me doliera la cabeza.
a las
9:47
17/9/10
De cómo ser felíz en Capital en 10 simples pasos
1) Ver un auto estacionado bloqueando una rampa para discapacitados.
2) Ver una grúa acercarse a subsodicho auto.
3) Ver como se llevan el auto.
4) Ver al dueño del auto gritando "¡¡NOOOO, NOOOOO, MI AUTO, MI AUTOOOO!!" con una bolsa de media lunas recién compradas en la mano.
5) Ver como la grúa se va igual.
6) Ver al dueño tirando las medialunas al piso y corriendo detrás de la grúa gritando "¡¡¡NOOOO, NOOOOOO!!!".
7) Ver como el que maneja la grúa se detiene a hablar con el dueño del auto, quien dice cosas como "pero fue un segundo nada más", "pero lo dejé un ratito" y "voy a llegar tarde al laburo".
8) Ver como se llevan el auto igual.
9) Ver al dueño del auto gritando "HIJOS DE PUTAAAAAAAAAAAA!!" mientras llora de la bronca.
10) Ver como a veces sí hay justicia y un desinteresado de los demás obtiene su merecido.
2) Ver una grúa acercarse a subsodicho auto.
3) Ver como se llevan el auto.
4) Ver al dueño del auto gritando "¡¡NOOOO, NOOOOO, MI AUTO, MI AUTOOOO!!" con una bolsa de media lunas recién compradas en la mano.
5) Ver como la grúa se va igual.
6) Ver al dueño tirando las medialunas al piso y corriendo detrás de la grúa gritando "¡¡¡NOOOO, NOOOOOO!!!".
7) Ver como el que maneja la grúa se detiene a hablar con el dueño del auto, quien dice cosas como "pero fue un segundo nada más", "pero lo dejé un ratito" y "voy a llegar tarde al laburo".
8) Ver como se llevan el auto igual.
9) Ver al dueño del auto gritando "HIJOS DE PUTAAAAAAAAAAAA!!" mientras llora de la bronca.
10) Ver como a veces sí hay justicia y un desinteresado de los demás obtiene su merecido.
a las
8:14
13/9/10
El subte
Para llegar a mi trabajo tomo un colectivo, el tren y un subte.
Por eso, al comparar, me dí cuenta que el subte es el medio de transporte más extraño de Buenos Aires.
Entrar a una estación de subte es como atravesar una suerte de barrera espacio-temporal.
Todos entran corriendo muy apurados, como si la vida se les estuviera escapando. Bajan las escaleras corriendo desesperados y apenas escuchan un zumbido, creen que es el subte y corren más rápido aún. Atropellan a otras personas, bebés, perros y manicuros.
Olvidan como suenan las cosas y cómo darse cuenta de dónde vienen los sonidos.
Si escuchan un auto o un camión que pasó por la avenida que está arriba; creen que es el subte.
Si escuchan el subte que va para el otro lado; creen que es el subte que ellos esperan.
Si mientras llegan al andén escuchan "puuuup", puertas que se cierran y un subte que acelera; creen que el subte acaba de llegar y corren.
Es increible, pero mientras se espera que llegue el tren, todos tienen mentalidad de ovejas. Esto cambia cuando el subte llega y la mentalidad de todos los pasajeros cambia de oveja a abeja; todos corren hacia las puertas. El subte que va desacelerando lentamente se ve acompañado de un menjunje de gente que camina a la par de las puertas. Luego de un confuso episodio, los que tenían que salir salen y los que tenían que entrar, entran. Pero no es tan simple. No, no, no. Aquí es cuando vemos que la mentalidad cambia nuevamente; de abeja a gato. Los gatos pueden maullar, llorar y rasguñar la puerta que quieren que se abra. Pueden estar horas maullando para entrar. Pero cuando uno les abre, se quedan quietos, como si no quisieran entrar. Luego de unos segundos de vacilación, entran tranquilos y despaciiito. Los que tienen que entrar al subte, de golpe se olvidan de lo apurados que estaban, y entran al vagón con cara de drogado en recuperación, despacito y con calma, como si no hubiera gente esperando para entrar antes de que las puertas se cierren de prepo.
Dentro del subte puede suceder que esté tan lleno de gente, que nadie se pueda acomodar en ningún lado; es un mar de gente, y mientras uno tiene que estar atento a que ninguna mano no deseada entre en nuestros bolsillos, a que nadie nos toque más de lo necesario, y a poder respirar lo suficiente como para poder mantener la conciencia, tenemos que soportar el brazo de algún bobo en el medio de nuestra cara, que trata de sostenerse de cualquier cosa que parezca segura, sin darse cuenta que es una masa compacta de personas y no podíamos caernos aunque quisiéramos.
Siempre hay uno que no está acostumbrado a viajar, y uno puede reconocerlo porque tiene cara de sufrimiento, cada tanto cierra los ojos como si estuviera agonizando. Además, cuando mucha gente baja en una estación, este personaje suspira aliviado y se acomoda tranquilo, sin darse cuenta que están por subir dos veces la cantidad de pasajeros que acaba de bajar.
Una cosa que jamás voy a entender dentro del subte, es el porqué la gente de golpe parece interesada en si bajamos o no. Aunque el subte no esté tan lleno, el que quiere bajar empieza en la anterior estación a preguntarle a todos "¿baja?", "¿baja en la que viene?", "¿bajás?", "¿baja?". Yo siempre trato de tener puestos los auriculares para este momento (aunque no esté escuchando nada de música), así la gente cree que no les contesto porque no los escucho, y no porque no quiero responderles a su pregunta estúpida. En 8 meses que viajo todos los días en subte, jamás pregunté si "¿baja?" y nunca me pasé de estación. Si se abre la puerta y la persona que está enfrente tuyo no sale, le pedís permiso y salís, no es la gran cosa...
"¿Bajás?" me pregunta una señora. Hola!!! Estoy de espaldas a la puerta, más o menos lejos y estoy mirando un cartel de publicidad de Telefónica! ¿Parece que voy a bajar, señora?
¿Por qué en el subte se pierde la capacidad de razonar?
Finalmente salimos de la estación y la gente se vuelve a transformar en lo que era: un oficinista, un obrero, una mina que pasa caminando...
Yo no puedo evitar quedarme junto a la entrada a la estación a reflexionar sobre las mutaciones observadas.
Dan miedo.
Por eso, al comparar, me dí cuenta que el subte es el medio de transporte más extraño de Buenos Aires.
Entrar a una estación de subte es como atravesar una suerte de barrera espacio-temporal.
Todos entran corriendo muy apurados, como si la vida se les estuviera escapando. Bajan las escaleras corriendo desesperados y apenas escuchan un zumbido, creen que es el subte y corren más rápido aún. Atropellan a otras personas, bebés, perros y manicuros.
Olvidan como suenan las cosas y cómo darse cuenta de dónde vienen los sonidos.
Si escuchan un auto o un camión que pasó por la avenida que está arriba; creen que es el subte.
Si escuchan el subte que va para el otro lado; creen que es el subte que ellos esperan.
Si mientras llegan al andén escuchan "puuuup", puertas que se cierran y un subte que acelera; creen que el subte acaba de llegar y corren.
Es increible, pero mientras se espera que llegue el tren, todos tienen mentalidad de ovejas. Esto cambia cuando el subte llega y la mentalidad de todos los pasajeros cambia de oveja a abeja; todos corren hacia las puertas. El subte que va desacelerando lentamente se ve acompañado de un menjunje de gente que camina a la par de las puertas. Luego de un confuso episodio, los que tenían que salir salen y los que tenían que entrar, entran. Pero no es tan simple. No, no, no. Aquí es cuando vemos que la mentalidad cambia nuevamente; de abeja a gato. Los gatos pueden maullar, llorar y rasguñar la puerta que quieren que se abra. Pueden estar horas maullando para entrar. Pero cuando uno les abre, se quedan quietos, como si no quisieran entrar. Luego de unos segundos de vacilación, entran tranquilos y despaciiito. Los que tienen que entrar al subte, de golpe se olvidan de lo apurados que estaban, y entran al vagón con cara de drogado en recuperación, despacito y con calma, como si no hubiera gente esperando para entrar antes de que las puertas se cierren de prepo.
Dentro del subte puede suceder que esté tan lleno de gente, que nadie se pueda acomodar en ningún lado; es un mar de gente, y mientras uno tiene que estar atento a que ninguna mano no deseada entre en nuestros bolsillos, a que nadie nos toque más de lo necesario, y a poder respirar lo suficiente como para poder mantener la conciencia, tenemos que soportar el brazo de algún bobo en el medio de nuestra cara, que trata de sostenerse de cualquier cosa que parezca segura, sin darse cuenta que es una masa compacta de personas y no podíamos caernos aunque quisiéramos.
Siempre hay uno que no está acostumbrado a viajar, y uno puede reconocerlo porque tiene cara de sufrimiento, cada tanto cierra los ojos como si estuviera agonizando. Además, cuando mucha gente baja en una estación, este personaje suspira aliviado y se acomoda tranquilo, sin darse cuenta que están por subir dos veces la cantidad de pasajeros que acaba de bajar.
Una cosa que jamás voy a entender dentro del subte, es el porqué la gente de golpe parece interesada en si bajamos o no. Aunque el subte no esté tan lleno, el que quiere bajar empieza en la anterior estación a preguntarle a todos "¿baja?", "¿baja en la que viene?", "¿bajás?", "¿baja?". Yo siempre trato de tener puestos los auriculares para este momento (aunque no esté escuchando nada de música), así la gente cree que no les contesto porque no los escucho, y no porque no quiero responderles a su pregunta estúpida. En 8 meses que viajo todos los días en subte, jamás pregunté si "¿baja?" y nunca me pasé de estación. Si se abre la puerta y la persona que está enfrente tuyo no sale, le pedís permiso y salís, no es la gran cosa...
"¿Bajás?" me pregunta una señora. Hola!!! Estoy de espaldas a la puerta, más o menos lejos y estoy mirando un cartel de publicidad de Telefónica! ¿Parece que voy a bajar, señora?
¿Por qué en el subte se pierde la capacidad de razonar?
Finalmente salimos de la estación y la gente se vuelve a transformar en lo que era: un oficinista, un obrero, una mina que pasa caminando...
Yo no puedo evitar quedarme junto a la entrada a la estación a reflexionar sobre las mutaciones observadas.
Dan miedo.
a las
9:07
7/9/10
Dinero
Creo firmemente que los capitalienses deberían ganar hasta 3 veces más que los pueblerinos.
No sé como puede ser que a un diputado no se le ocurrió presentar el proyecto.
Antes de que los pueblerinos empiecen a protestar, explico: en Capital sale todo hasta 3 veces más caro, así que ¿cómo no van a ganar hasta 3 veces más dinero?
Para que me entiendan: el otro día fui a comprar unas pastillas Yapa, las cuales en Moreno salen 25 centavos. ¡Estaban a 50 centavos!
Las galletitas Frutigran salen 5,50... ¡En Moreno salen 4,40!
Igualmente el problema es en Once.
Para ir a comprar a la estación de Once primero hay que levantar las manos y rogar por nuestras vidas.
$1,50 un paquete de Yapas, $9 un paquete de Frutigran, $3 por un paquete de chicles Topline.
Ante la situación de verse obligado a pasar por en frente de un kiosco de la estación Once, tome los siguientes recaudos:
No sé como puede ser que a un diputado no se le ocurrió presentar el proyecto.
Antes de que los pueblerinos empiecen a protestar, explico: en Capital sale todo hasta 3 veces más caro, así que ¿cómo no van a ganar hasta 3 veces más dinero?
Para que me entiendan: el otro día fui a comprar unas pastillas Yapa, las cuales en Moreno salen 25 centavos. ¡Estaban a 50 centavos!
Las galletitas Frutigran salen 5,50... ¡En Moreno salen 4,40!
Igualmente el problema es en Once.
Para ir a comprar a la estación de Once primero hay que levantar las manos y rogar por nuestras vidas.
$1,50 un paquete de Yapas, $9 un paquete de Frutigran, $3 por un paquete de chicles Topline.
Ante la situación de verse obligado a pasar por en frente de un kiosco de la estación Once, tome los siguientes recaudos:
- Mantener la calma
- No mire al kiosquero a los ojos
- No pague dándoles el dinero en la mano; tirelo más o menos lejos, así usted puede alejarse corriendo cuando el asaltante va a buscarlo.
- En caso de disparos, tírese al piso boca abajo y espere a que se detengan.
- Ante la necesidad de comprar la Coca-Cola de 600ml a $8, realice la denuncia correspondiente luego de saciar su sed.
a las
9:00
1/9/10
Oh, dios..
En el Sarmiento (sí, ya sé, siempre hablo del Sarmiento y este blog debería llamarse "Relatos de una pueblerina en el Sarmiento", pero ¡no puedo evitar escribir sobre estas cosas!).
Como decía, en el Sarmiento siempre pasan diferentes personas vendiendo, o pidiendo dinero. Cada uno tiene un discurso diferente aunque en general se copian pequeñas frasecitas como "Sí, señora, señoro", "Para compartir, para gustar en el viaje" o incluso "5 centavos son una fortuna para mí".
Sin embargo hay un tipo que es diferente a todos. Es un tipo que va contando que él solía vender en el tren, pero que luego de enfermarse no pudo hacerlo más, y que por esa razón ahora se dedica a pedir. Hace analogías con una calesita que representa la vida, aunque nunca se le entiende el sentido, porque empieza a decir "y la vida es como una calesita, nosotros estamos arriba de ella, y podemos estudiar. Porque es como una gran vidriera llena de guardapolvos blancos, en la que nosotros miramos a nuestros hijos y nietos. Y en esta calesita estamos todos, entonces imagínese la calesita y a todos sus hijos, nietos, sobrinos. Siempre hay que estudiar"... ¿¿Y la calesita que tiene que ver??
En fin, no critico en mensaje que quiere darnos; estudiar, nunca rendirse ni bajar los brazos, aprender y enfrentar las adversidades. Muy bien, muy lindo, además es un tipo bastante simpático.
Lo malo es que en un punto del discurso dice algo como "porque yo sé que Dios ya ha hecho conmigo todo lo que quería".
Me horrorizo al escuchar esto y luego verlo: el hombre estaba en una silla de ruedas, apenas puede mover los brazos y habla con dificultad. Cuenta que solía ser una persona sin problemas físicos, pero luego de que "Dios hiciera todo lo que quería con él" quedó así.
¡Rayos! No pude más que imaginarme a Dios como una máquina de succionar personas; las mastica y las escupe en silla de ruedas.
¿No sería mejor decir algo como "cumplí todos mis propósitos en la vida", o "Tengo que agradecerle a Dios dejarme ser quien fui y quien soy" o algo más positivo?
Gente, algo que aprendí en el Sarmiento: ojo con Dios, que le agarra la loca y te manda una embolia que te deja vegetal.
Como decía, en el Sarmiento siempre pasan diferentes personas vendiendo, o pidiendo dinero. Cada uno tiene un discurso diferente aunque en general se copian pequeñas frasecitas como "Sí, señora, señoro", "Para compartir, para gustar en el viaje" o incluso "5 centavos son una fortuna para mí".
Sin embargo hay un tipo que es diferente a todos. Es un tipo que va contando que él solía vender en el tren, pero que luego de enfermarse no pudo hacerlo más, y que por esa razón ahora se dedica a pedir. Hace analogías con una calesita que representa la vida, aunque nunca se le entiende el sentido, porque empieza a decir "y la vida es como una calesita, nosotros estamos arriba de ella, y podemos estudiar. Porque es como una gran vidriera llena de guardapolvos blancos, en la que nosotros miramos a nuestros hijos y nietos. Y en esta calesita estamos todos, entonces imagínese la calesita y a todos sus hijos, nietos, sobrinos. Siempre hay que estudiar"... ¿¿Y la calesita que tiene que ver??
En fin, no critico en mensaje que quiere darnos; estudiar, nunca rendirse ni bajar los brazos, aprender y enfrentar las adversidades. Muy bien, muy lindo, además es un tipo bastante simpático.
Lo malo es que en un punto del discurso dice algo como "porque yo sé que Dios ya ha hecho conmigo todo lo que quería".
Me horrorizo al escuchar esto y luego verlo: el hombre estaba en una silla de ruedas, apenas puede mover los brazos y habla con dificultad. Cuenta que solía ser una persona sin problemas físicos, pero luego de que "Dios hiciera todo lo que quería con él" quedó así.
¡Rayos! No pude más que imaginarme a Dios como una máquina de succionar personas; las mastica y las escupe en silla de ruedas.
¿No sería mejor decir algo como "cumplí todos mis propósitos en la vida", o "Tengo que agradecerle a Dios dejarme ser quien fui y quien soy" o algo más positivo?
Gente, algo que aprendí en el Sarmiento: ojo con Dios, que le agarra la loca y te manda una embolia que te deja vegetal.
a las
9:47
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