13/1/11

Las viejas son interminables e impredecibles

El martes hubieron problemas en todas las líneas de trenes porque los ferroviarios reclamaban bla bla bla.
Las demoras de los trenes que salían de Moreno a Once eran de 30 minutos (siendo que normalmente los trenes salen cada 5).
La estación de Moreno estaba tan, pero tan llena, que ignorando los problemas sindicales, pensé que habría demoras por algún accidente y seguí el consejo que se suele dar en estos casos: "no tomes el primer tren que llega, en ese se suben todos; esperá el segundo, que a ese se suben los que no subieron al primero y viajás mejor".
Lo malo es que el segundo tren llegó media hora más tarde, y la cantidad de gente volvió a ser la misma.
Entre el mar de gente, empieza a abrirse camino una vieja algo petisa, gordita, con el pelo corto (como todas las viejas) y teñido de un naranjita muy artificial.
La vieja comienza a golpear y empujar con desesperación a toda persona que esté delante de ella. La gente le empieza a gritar "eeeeeeeehhh, cheeeee!!!" y la vieja dice "¿qué che? ¿qué che?", y llega a donde estoy yo y me empuja a mí también. "Eeeeeehh!!! espere! tiene que bajar la gente del tren primero, por dios!!!", y me mira con cara de indignada y se empieza a hacer la cocorita "¿qué? ¿qué? ¿qué decís, eh, eh?". "¡que te calmes!", le respondo. Ahí la vieja se sacó y me dice "¿¿A QUIÉN LE ESTÁS GRITANDO??" y yo, aprovechando mi altura, me pongo bien cerca de ella y la miro hacia abajo mientras le digo "a vos".
La vieja se aterroriza por un segundo, pero vuelve a su papel de cocorita y me grita "aaah, ¿a mí? ¿¿a mí??". Sin cambiar de posición patotera le digo con la voz grave "Sí. A vos".
Entonces, luego de pensar por un rato, a la vieja se le aparece una burbuja de creatividad insultiva y saca una frase matadora que me dejó sin aliento:

"andá a gritarle a tu abuela".

Ante tal muestra de elocuencia, me sentí intimidada y opté por darme la vuelta mientras le decía "no, se murió mi abuela".
Es momento de entrar al tren, y me empiezo a acercar. La vieja de atrás me empuja. Me salió del alma darme vuelta y gritarle "¡¡¡PARAAAAAAAA, VIEJA LOCA!!!".
La vieja loca se ofendió (quizás sabe que es vieja pero no loca, o quizás sabe que es loca pero no vieja, o capaz que no sabe nada, y eso es más triste aún), y con toda la furia me pega.
Me pega al mejor estilo "Señor Burns", pero yo siento la ira que empieza a venirme desde  la punta de los pies, atraviesa mis piernas, sube hasta mi cabeza y logra que empiece a cegarme; empiezo a ver todo blanco a mi alrededor, excepto a la vieja, que lo único que tiene de blanco es el blanco de tiro que le apareció en el medio de la jeta, con el tamaño correcto para mi puño.
En ese momento me sentí como Seinfeld cuando su cerebro y su pene juegan al ajedrez. Era la pasión versus la razón. Y puedo ser una persona muy pasional. Pero sabía que no debía, así que me guardé la piña para otro momento y me puse a gritar "¡violencia, violencia! ¡la vieja decrépita me está pegando!".
La vieja con cara de indignación, sufrimiento y odio me mira de la peor manera y ve entre la muchedumbre un asiento disponible, corre hacia él y yo no puedo ni amagar a llegar antes y robárselo, porque había tal cantidad de gente, que no podía casi ni moverme. Cuando la vieja está a dos centímetros de sentarse, una mujer se sienta antes, y ella mira con resignación y odio, el asiento que acaba de perder. Aprovecho el momento. Me acerco, señalo el asiento, y mientras la miro con los ojos bien abiertos le grito en la cara: "¡JA!", y me voy.



En el otro vagón, un hombre se levantó a último momento y me senté. ¡Cómo hubiese deseado que la vieja lo viera..!

7/1/11

Cantos

Uno cuando es chico cree que canta bien, debe ser porque los padres, hermanos, maestras jardineras y vendedores de seguros nos repiten constantemente que somos excelentes cantantes y que ahora cantemos la canción de la ratita blanca.
La verdad es que los chicos cantan horrible, aún si afinan bien; sus cuerdas vocales tienen la capacidad de destruir tímpanos, martillos y yunques (del oído, y las herramientos también).
Si no están de acuerdo, traten de escuchar esto hasta el final y no vomitar:




¡¡Y SACÓ UN DISCO, UN DISCOOO!! ¿¡Quién es capaz de escuchar un disco de esta cosa horrenda y chillona!?
Lo raro es que casualmente todos mis sobrinos cantan adorablemente...

Pero bueno, esta es una pequeña reflexión mía, que poco tiene que ver con el tema del post.

Estaba pegándome una regia siesta en el tren, cuando de golpe siento sangre que me sale del oído. Pensé que era parte del sueño, pero no; estaba siendo causado por un par de niños que cantaban. Me desperté horrorizada, hasta que me dí cuenta de lo que estaba pasando; habían niñas cantando con su padre, que tocaba la guitarra.
Primero, como estaba dormida, me dieron ganas de revolearles algo. Cuando me desperté un poquito, me resigné a que estaban haciendo (quiera o no) arte, y que no tenía nada de malo. Cuando me desperté del todo, me volvieron las ganas de revolear algo... pero no a los niños y a sus vocecititititas, sino al padre.
Esa repugnante lacra humana estaba llevando a sus hijas de entre 6 y 10 años a cantar a los gritos en los 9 vagones de cada tren, con 32º de temperatura.
Ese hijo de re mil putas estaba explotándolas. Las nenas habían pasado ya por tres vagones, y tenían que seguir por el resto de los vagones, y por otros trenes; cagándose de calor, haciendo equilibrio por el vaivén del tren y pidiendo monedas a la gente, mientras él tocaba el cicus.
Otra cosa que me indignó fue la gente. Las viejas idiotas sonreían y miraban a las niñas, mientras se comentaban entre ellas "¡pero mirá como canta!".
Otros les daban monedas, mientras le sonreían al despreciable progenitor, como diciendole "¡qué bien te salieron las nenas!".






La gente que sonríe y premia estas acciones, es la misma gente que que se divierte con el domador de leones y cree que con M*nem estábamos mejor, porque el razonamiento es el mismo: Pasa A, y A es lindo, así que no me interesa nada más que A, a pesar de que A se logra a través de B, que es algo detestable y terrible.

Asco me dan, asssco.